¿Para qué sirve la meditación?

Seguramente ya has escuchado o leído acerca de las bondades de esta práctica, especialmente si has incursionado en caminos espirituales, aunque actualmente también se habla de meditación o técnicas relacionadas, en ámbitos más "mundanos". Todos tenemos un momento para acercarnos a lo que hemos venido a experimentar y tal vez éste sea el tuyo, por eso te has detenido a leer este párrafo.
Siguiendo la intención de este sitio, voy a compartir lo que me ha brindado la experiencia de la meditación, dejando para tu propia inquietud los aspectos teóricos que podrás encontrar en otros lados.

  • Imagina tu experiencia de vida definida principalmente como las actividades de cuatro ámbitos o áreas: el pensar, el sentir, el decir y el hacer. No importa lo compleja que sea la experiencia, siempre es posible describirla como actividades en uno o más de estos cuatro ámbitos. Podemos incluso definir cualquier problema como el resultado de alguna incoherencia o contradicción entre dos o más de ellos. Y cuando encontramos una solución a este problema, casi siempre se trata de un cambio en el sentido de hacerlos más armónicos. Así que, definido desde este punto de vista, toda circunstancia de vida adversa puede resolverse armonizando el pensar con el sentir, el decir y el hacer. Todos tenemos, de acuerdo a nuestra particular mentalidad, tendencias recurrentes a cierto tipo de desarmonización específica: puede ser que el actuar no sea coherente con el decir, o el sentir con el pensar, o cualquier combinación. Una parte fundamental del nuestra evolución consiste en descubrir y conocer en profundidad esas tendencias particulares, para tener en claro en qué sentido trabajar. Casi todas las técnicas de sanación se basan en lograr esta armonía, por lo general trabajando sobre los condicionamientos mentales que provocan la desarmonía, a veces yendo al pasado para tomar consciencia, a veces con ejercicios de reprogramación. Muchas veces nos pasa que tenemos en claro qué es lo que necesitamos hacer más coherente, pero por algún motivo que desconocemos, no tenemos la voluntad necesaria. Sabemos, por ejemplo, que tenemos que decir lo que sentimos, aunque eso no caiga del todo bien, pero siempre cedemos al impulso mecánico de callar. A veces podemos estar años tratando de encontrar lo que nos permita esa coherencia. La meditación es una actividad que nos permite, más allá de los motivos subyacentes, desarrollar la fuerza de esa especie de "músculo mental" que necesitamos para mantener en armonía esto cuatro aspectos de la experiencia.
  • Se dice que nuestro organismo es la farmacia más completa, porque está preparado para elaborar cualquier medicamento que podamos encontrar en cualquier farmacia, de una forma natural y sin contraindicaciones. Esto es maravilloso, pero todos sabemos que muchas veces no lo hace, y es necesario recurrir a ayuda externa ¿por qué pasa esto? Por cuestiones de economía energética.
    Imagina que terminas de comer un abundante almuerzo, de comida elaborada. Tu organismo se prepara para el proceso, maravilloso y extremadamente consumidor de energía, de digerir los alimentos. Pero de pronto aparece una situación imprevista que compromete tu supervivencia: digamos un tigre que también quiere almorzar. Tu cerebro, con toda la información genética almacenada durante milenios, toma una decisión absolutamente lógica: detiene el proceso digestivo, y redirecciona toda esa energía a tus músculos, para permitirte huir o luchar. Si logras salir airoso, lo más probable es que vomites tu almuerzo.
    Esto ejemplifica el poder de nuestro sistema nervioso sobre el resto del organismo. Si hay una emergencia, se toman decisiones en favor de la supervivencia, pero en detrimento de otros procesos que en ese momento resultan menos vitales. 
    Ahora imagina esa misma inteligencia pero expuesta a un estrés permanente, no ya el ataque de un tigre, que dura a lo sumo unos minutos, sino una situación de presión que lo obliga  a permanecer en un constante alerta durante meses, o años, deteniendo procesos menos importantes (como generar la sustancia que baja el colesterol, por ejemplo), y utilizando gran parte de la energía que obtiene de los alimentos en fabricar adrenalina para una repuesta de luchar o huir. Ésa es exactamente la situación de vida actual en la gran mayoría de las personas. Las amenazas que nuestro sistema nervioso recibe no vienen de parte de un tigre, sino quizás de la variación de una tasa de interés, o la cotización de una moneda, pero se interpretan igual. Desde el punto de vista de nuestro sistema de supervivencia, estamos en peligro constante, a punto de entrar en una confrontación. Con el agravante de que la adrenalina generada para atender la emergencia finalmente no se usa, y se convierte en tóxica. Esta es, brevemente, la explicación de por qué se dice que el estrés enferma. 
    Mediante la práctica regular de la meditación podemos llevar al sistema nervioso a un estado de ausencia de amenaza, y durante esos períodos, permitirle al organismo fabricar los medicamentos necesarios para nuestra salud.
  • Todos hemos experimentado momentos en los que nuestro punto de vista acerca de la realidad, del mundo y de nosotros mismos cambia repentinamente. De pronto podemos ver todo desde una perspectiva nueva, que nos parece mucho más cercana a la realidad de lo que estuvimos nunca. Nos damos cuenta de las trampas de nuestra mente, que nos lleva a repetir la misma historia durante años, o comprendemos hasta qué punto somos los responsables de nuestra circunstancia de vida. Por lo general estas breves experiencias están enmarcadas por algún suceso trágico de profundo significado, como algún accidente, un problema de salud repentino y grave, o algún conflicto que afecta seriamente algún vínculo importante. Con frecuencia y pese a su brevedad, esas experiencias nos dejan una enseñanza profunda e inolvidable, y las consideramos un antes y un después en nuestra vida. Las guardamos en nuestra memoria como un momento de claridad único, en el que pudimos ver un aspecto profundo y relevante lo que sentimos es una parte de la verdad. Es un recuerdo agridulce sin embargo, porque junto con esa sensación está la de haber vuelto a la normalidad y haber olvidado esa epifanía, nos volvimos a sumergir en el sueño sin lograr incorporar completamente a nuestra vida cotidiana ese conocimiento al que accedimos. La práctica sostenida de la meditación nos permite recrear voluntariamente esos estados, sin necesidad de que suceda ninguna tragedia, y con la maravillosa posibilidad de ir incorporando poco a poco ese conocimiento a todos los actos de nuestra vida.
  • Meditar con regularidad fortalece la capacidad de estar presentes en el aquí ahora, decidiendo con mejor criterio cómo reaccionar, en lugar de ceder a los impulsos mecánicos y al temor. Todos los que alguna vez sentimos deseos de volver el tiempo atrás para modificar una actitud inconsciente que lesionó algún vínculo podemos comprender la importancia de aprender a mantenernos conscientes.
¿Cómo meditar?
En este punto también suele haber dificultades, ya que existen muchas escuelas, tendencias y filosofías que la recomiendan, y proponen diferentes técnicas, alertando incluso acerca de los errores que no deben cometerse, y advirtiendo que la práctica puede ser inútil, incluso que ni se debe llamar meditación, a menos que se cumplan ciertos requisitos.
Me gustaría compartir mi punto de vista con una vivencia personal reciente: a mis 49 años decidí comenzar a jugar tenis, prácticamente sin experiencia previa. En primer lugar resulta obvio que mis objetivos son muy diferentes a los que puede tener un niño de, digamos, unos 10 años cuyo talento ha impresionado a un entrenador. Yo no pretendo competir nunca oficialmente, ni deposito en mi aprendizaje ninguna expectativa de trascendencia o gloria. No tengo la intención de emular a las grandes figuras, algo que tal vez sea la principal motivación del niño. También son diferentes los plazos y la exigencia. Probablemente ciertos ejercicios específicos que a él le ayudan mucho no tienen utilidad para mí, mientras que otras cosas que yo hago por diversión él las puede tener prohibidas, para no desarrollar vicios. Sin embargo, aún dentro de esas profundas diferencias, puede darse el caso de que ambos estemos practicando el revés durante toda una tarde, y experimentemos satisfacción por el progreso o algo de frustración por lo que nos cuesta. También hay similitud en que ambos nos capacitamos con un entrenador, y ambos le llamamos tenis a lo que hacemos, y no creo que las diferencia justifiquen el decir que yo lo estoy haciendo mal, y él bien. Simplemente utilizamos el tenis para proporcionarnos distintas vivencias. En otro orden de cosas, si quisiéramos definir el deporte aunque sea informalmente, tal vez con un par de frases nos alcance, por ejemplo con decir "se le pega a una pelota con una raqueta y se trata de que pase por encima de una red y caiga del otro lado dentro de un rectángulo marcado". Esa frase mas alguna descripción de la cancha y la forma de puntuar alcanzaría someramente, si bien sabemos que con esto ni remotamente podemos reflejar lo que significa la experiencia de jugar tenis.
 
Todas estas ideas pueden trasladarse a la práctica de la meditación. Algunos pueden utilizarla como un complemento imprescindible en un riguroso y comprometido camino hacia la iluminación, y otros pueden meditar sin otro fin que aprender a controlar su ira en el trabajo. Cada uno deberá encontrar la manera de practicarla según sus objetivos y esto derivará en cosas que ayudan y otras que no son recomendables. Por este motivo será de mucha utilidad algún mentor de confianza, o al menos, investigar o estudiar algún material destinado al autoaprendizaje (en breve estará disponible en esta página un método propio cuyo desarrollo está en la etapa final). Tampoco hay necesidad de plantearse emular a expertos como Matthiew Ricard, será suficiente que comprendamos lo que el simple acto de meditar puede significar en nuestras vidas. Siguiendo con la comparación, también podemos definir el meditar con algunas frases simples, como podría ser "permanecer quieto mientras se observan los pensamientos, las emociones y las sensaciones corporales", aun sabiendo que esto no alcanza para definir la experiencia de meditar.
En resumen, si la meditación te atrae puedes comenzar cuando quieras. Aún en el caso de que ciertos aspectos de la práctica, al principio, no resulten del todo útiles, estarás abriéndote a la experiencia, sin correr ningún riesgo que justifique no intentarlo. No es útil preocuparse tanto si a lo que hacemos debería llamársele o no meditación, y el beneficio potencial compensa con creces el pequeño esfuerzo de intentar.
Habiendo hecho esta aclaración, comparto un resumen de los consejos más valiosos que rescato de mi experiencia:
  • Comienza con la frecuencia de una vez por día, en el momento en que haya menos riesgo de interrupciones. Procura que sea siempre a la misma hora. Una muy buena medida, si se usa despertador, es adelantarlo y que la práctica sea la primera actividad.
  • Hacer sesiones de no más de 5 minutos al principio. Es mejor permitir que el tiempo se prolongue naturalmente, en lugar de imponerse un período prolongado.
  • Usa una posición cómoda, pero asegurándote no dormir.  De ser posible, la misma posición en el mismo lugar. Los actos rituales y repetitivos ayudan a predisponer a la mente.
  • Comienza con la sencilla premisa de observar los pensamientos, sin intentar controlar nada. La sola consciencia de que la mente es un caos de ideas ya es valiosa. Ten en cuenta que no usarás los sentidos. No se puede ver, oir, gustar ni palpar un pensamiento, pero sin embargo lo puedes percibir. Seguramente será necesaria un poco de práctica para refinar esa capacidad de percepción.
  • En la medida en que la práctica te desarrolle la capacidad de observar, extiende tu percepción a las emociones. Siempre ubicado como observador.
  • Prepárate para días serenos y otros en los que el tiempo parecerá no avanzar. Sé perseverante. Ambas experiencias tienen el mismo valor desde el punto de vista de generar el hábito.
  • No esperes resultados de ningún tipo. Lo único que se busca para comenzar es generar el hábito. Como lavarse los dientes. Estás creando un espacio de trabajo mientras te capacitas y te informas. Más adelante podrás utilizar el hábito con fines específicos.
Meditaciones guiadas
Existe una variante de gran difusión en los últimos años, muy apropiada para introducirnos en la práctica, que consiste en escuchar un audio producido especialmente para asistirnos en la relajación, y utilizar la especial receptividad de la mente en ese estado para afirmar ideas y conceptos con los que hemos elegido trabajar. Es especialmente útil para mentes no acostumbradas al silencio porque nos permite practicar el ejercicio de quedarnos inmóviles y despiertos con ojos cerrados, mientras mantenemos a la mente ocupada con lo que está escuchando.

Las meditaciones guiadas tienen una excelente aceptación especialmente en los que hemos nacido en occidente, en sociedades donde no es común cultivar una actitud pasiva y meditativa. Asimismo, y no menos importante, las meditaciones guiadas pueden usarse para modificar paradigmas arraigados, mediante una exposición sistemática y repetitiva a conceptos expresados de acuerdo a ciertas técnicas como  Programación Neurolingüística. El principio es el mismo que está siendo utilizado por las campañas publicitarias para provocar modificaciones en las mentes, y el dinero invertido en publicidad habla a las claras de su eficiencia.
Los mejores resultados se consiguen haciendo el ejercicio todos los días, por lo menos durante un mes. 
Existe una oferta inmensa de meditaciones guiadas, para todos los gustos y finalidades, desde calmar dolores físicos, hasta dejar de fumar o adelgazar. A modo de ejemplo (y como premio por haber llegado hasta aqui leyendo) te obsequio cuatro meditaciones grabadas en conjunto con Flavia, mi compañera de vida. Puedes descargarlas gratuitamente en los siguientes enlaces: